A lo largo del tiempo, he ido llenando mi gabinete imaginario con una colección de semillas, rocas, troncos, muñecas antiguas, figurillas, plumas de aves, miniaturas y otros objetos que cuentan historias únicas. En cada rincón del arte y la naturaleza busco lo extraordinario en lo ordinario, esos pequeños detalles que no siempre son valorados, pero que para mí esconden una magia especial. Estos detalles son los que me impulsan a crear un mundo peculiar, donde lo invisible cobra vida.